Aquí hay cinco estrategias para mantener el romero permanentemente robusto y fragante:
Poda: Pode las partes dañadas de la planta con regularidad, especialmente en primavera, para promover un crecimiento saludable.
Trasplante: considere trasplantar su romero cada dos o tres años para garantizar un desarrollo adecuado y espacio para el crecimiento.
Fertilización: Promover el crecimiento de la planta abonándola a partir de marzo paralelamente a la primavera y podando.
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