1. Comienza por hervir agua con sal en una olla grande. Una vez que el agua esté hirviendo, agrega los floretes de brócoli y cocínalos durante 3-4 minutos, hasta que estén tiernos pero aún crujientes.
2. Cuando el brócoli esté listo, escúrrelo y colócalo en un tazón con agua fría. Esto detendrá la cocción y preservará su color vibrante. Después de unos minutos en el agua fría, escúrrelo nuevamente y resérvalo.
3. En una sartén grande a fuego medio, derrite las dos cucharadas de mantequilla. Cuando esté caliente, agrega el ajo picado y sofríe durante aproximadamente 1 minuto, o hasta que esté fragante.
4. Añade la crema de leche y la leche a la sartén. Cocina la mezcla a fuego medio y revuelve constantemente hasta que comience a burbujear.
5. Incorpora el queso rallado a la mezcla de crema y sigue revolviendo hasta que se derrita por completo y la salsa esté suave y cremosa. Sazona con sal, pimienta y una pizca de nuez
