Congele el ajo entero:
Envuelva las cabezas enteras o los dientes pelados en papel de aluminio o bolsas para congelar.
Guárdelos en el congelador hasta por 12 meses. Úselo directamente congelado.
Ajo seco:
Corte el ajo en rodajas finas y deshidrátelo. Guarde las rodajas secas en un recipiente hermético.
Guarde las cabezas enteras:
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