Prepara el calabacín:
Lavar y secar el calabacín. Córtalos en rodajas finas (de unos 2-3 mm de grosor). Puede usar una mandolina para obtener rodajas más uniformes y delgadas.
Cocción:
Precalienta el horno a 180°C (estático) o 170°C (ventilador).
Cubra una bandeja para hornear con papel pergamino. Coloca las rodajas de calabacín en una sola capa, sin superponerlas.
Unte los calabacines con un chorrito de aceite de oliva por ambos lados para hacerlos más crujientes.
Cocinar:
Hornea los calabacines durante unos 15-20 minutos, dándoles la vuelta a la mitad de la cocción. Tenga cuidado de no quemarlos: deben volverse dorados y crujientes. Si es necesario, continúe cocinando durante unos minutos más.
Servir:
Una vez listas, saca las patatas fritas del horno y déjalas enfriar un poco. ¡Estarán crujientes y listos para ser disfrutados!
