Deja reposar la tarta en el frigorífico durante al menos 3 horas, o preferiblemente toda la noche, para que las capas se asienten bien.
Desmolda la tarta con cuidado. Decora la superficie con chocolate negro rallado, frambuesas frescas o almendras laminadas. También puedes añadir figuras de chocolate o frutos del bosque al gusto.
Consejos para una tarta perfecta: Raspa ligeramente cada capa con un tenedor antes de añadir la siguiente para evitar que se separen. Vierte la mezcla sobre el reverso de una cuchara grande para suavizar el impacto al añadir nuevas capas. Si no dispones de cuajada, usa 4 láminas de gelatina (hidratadas previamente) o 5 g de agar agar por capa. Puedes congelar la tarta para desmoldarla fácilmente y descongelarla en el frigorífico antes de servir.